Ciertamente el espectáculo visual que nos brinda la nueva propuesta de Tim Burton resulta del todo innegable. La belleza de mucho de sus planos, la espectacularidad de las composiciones oníricas que nos regala la nueva adaptación del cuento de Lewis Carroll resulta digna de innumerables elogios. Sin embargo, yo concibo el cine como el conjunto de muchos elementos, de diversos factores que en su conjunto engrandecen una obra cinematográfica. En el aspecto visual "Alicia en el país de las maravillas" merecería un sobresaliente "Cum Laude". En el resto de factores, muy por el contrario, suspendería estrepitosamente.
Existen secuencias brillantes, como aquella en la que, a punto de ser descubierto, somos testigos de la tremenda angustia que atraviesa un entrañable "sapo ladrón". Existen personajes altamente interesantes, como el que encarna una Helena Bonham Carter que se erige desde el principio como el más interesante de toda la propuesta, pero resulta difícil pensar en este título sin caer una y otra vez en lo plano de los personajes, en la simpleza de su trama, en lo previsible de cada secuencia, en la falta de interés que va cobrando toda la historia a medida que avanza el minutero del reloj... Y es que tal vez esta historia ya la tengamos demasiado trillada, resulte demasiado conocida como para que ahora Tim Burton apenas nos muestre nada nuevo, y ello pese a estar hablando de una extraña "secuela", una innecesaria continuación que bien podría ir destinada para un público infantil. La Alicia de Burton es una Alicia adulta, pero apenas muestra diferencias con aquella que años atrás callese por el interior de una madriguera cuando su melena rubia apenas levantaba unos palmos del suelo.
No podría terminar este post sin hacer referencia a su decepcionante formato 3D, el cual, incorporado directamente en postproducción, resta tremenda calidad a una cinta nacida con pretensiones de espectacularidad. Una técnica más barata que la que emplease James Cameron en su taquillera "Avatar", pero que no hace más que oscurecer muchas de sus bellas escenas, al tiempo que muestra un efecto tridimensional muy poco logrado en otras tantas de ellas.
Una película que podría hacer las delicias de los más pequeños de la casa, pero que poco parece aportarnos a los que dejamos ya atrás los años de pubertad... A menos que seamos de los que se conforman con la espectacularidad de muchas de sus imágenes, o seamos tan incondicionales de Burton que podamos perdonarle patinazos como éste... Bello, espectacular, pero grandísimo patinazo.
Místico
20/04/2010
Existen secuencias brillantes, como aquella en la que, a punto de ser descubierto, somos testigos de la tremenda angustia que atraviesa un entrañable "sapo ladrón". Existen personajes altamente interesantes, como el que encarna una Helena Bonham Carter que se erige desde el principio como el más interesante de toda la propuesta, pero resulta difícil pensar en este título sin caer una y otra vez en lo plano de los personajes, en la simpleza de su trama, en lo previsible de cada secuencia, en la falta de interés que va cobrando toda la historia a medida que avanza el minutero del reloj... Y es que tal vez esta historia ya la tengamos demasiado trillada, resulte demasiado conocida como para que ahora Tim Burton apenas nos muestre nada nuevo, y ello pese a estar hablando de una extraña "secuela", una innecesaria continuación que bien podría ir destinada para un público infantil. La Alicia de Burton es una Alicia adulta, pero apenas muestra diferencias con aquella que años atrás callese por el interior de una madriguera cuando su melena rubia apenas levantaba unos palmos del suelo.
No podría terminar este post sin hacer referencia a su decepcionante formato 3D, el cual, incorporado directamente en postproducción, resta tremenda calidad a una cinta nacida con pretensiones de espectacularidad. Una técnica más barata que la que emplease James Cameron en su taquillera "Avatar", pero que no hace más que oscurecer muchas de sus bellas escenas, al tiempo que muestra un efecto tridimensional muy poco logrado en otras tantas de ellas.
Una película que podría hacer las delicias de los más pequeños de la casa, pero que poco parece aportarnos a los que dejamos ya atrás los años de pubertad... A menos que seamos de los que se conforman con la espectacularidad de muchas de sus imágenes, o seamos tan incondicionales de Burton que podamos perdonarle patinazos como éste... Bello, espectacular, pero grandísimo patinazo.
Místico
20/04/2010
6 comentarios:
Como me jode estar de acuerdo contigo en esto... Qué decepción. Y cuánto daño está haciendo Disney :-(
Jo con las ganas que tenía de ver la peli. Tú y yo solemos coincidir así que me parece que me evito ir.
Besotes
Creo que pensaba en ti cuando escribí aquello de "perdonar a Burton", Laura. Siento que el resultado final no haya estado a la altura de lo que esperábamos.
Un abrazo.
Yo también tenía muchas ganas de verla, Bimbi. Posiblemente por eso salí tan decepcionado de la misma. Creo que el secreto, una vez más, está en no llevar altas expectativas.
Lo del 3D por necesidad se está imponiendo en muchas películas. Parece que si tienes una cinta cara y no es 3D no logras convencer a los espectadores de ir a verla, o que no es tan espectacular si no es en 3D. Para que el efecto funcione realmente debe ir rodada en 3D desde el principio (lo que hace la película más cara y más incómoda de producir), el resto, como en este caso, son trucos de postproducción que no pueden lograr el efecto real que podemos disfrutar con una de verdad en 3D.
Punto negativo para Burton por doblegarse a ello, a estas alturas debería tener más control sobre sus obras.
Una lástima porque esta película sí que se prestaba al formato 3D, Gabriel. Ya sucedió con "Furia de titanes" y ahora está sucediendo con ésta. El formato tridimensional añadido en postproducción ni se acerca a la calidad presentada por obras rodadas con esta técnica desde un principio. Los planos se ven oscuros, se observa una "doble silueta" en muchos personajes, se pierde profundidad de campo... En fin, una verdadera pena...
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