24 febrero, 2009

PREMIOS 2009 - Y el planeta se rindió a Penélope

Son tantas las cosas que podría decir en este momento... Tantos los recuerdos que a uno le vienen a la cabeza cuando ve a esa mujer vestida de vintage acariciar su brillante estatuilla... Penélope Cruz ha ganado el Oscar. Eso ya lo sabemos todos, pero para mí, defensor a ultranza de la actriz de Alcobendas, supone algo más que un galardón. Supone el reconocimiento de toda una industria a un talento que durante años me he empeñado en defender, porque yo, simplemente, creí siempre en ella. Lo hice desde que la vi brillar como a ningún otro en la almodovariana "Carne trémula", pese a contar allí con el más corto de los papeles. Y lo hice más aún cuando, un año después, me confirmaba su talento en "La niña de tus ojos", título que marcaría un punto de inflexión en su ya prometedora carrera. Más tarde llegarían las críticas, las páginas y páginas de papel couché que servirían de alimento a unas revistas cuyo único fin parecía ser el de empañar la imagen de una actriz en mayúsculas. Gracias a Dios no lo consiguieron. Y no lo hicieron, simplemente, porque Penélope estaba por encima de ellos. Hoy lo ha vuelto a demostrar. No sólo hizo alarde de su gran elegancia al pisar la alfombra roja, sino que en su discurso de agradecimiento nos dio a muchos una lección de humildad. Sus palabras en castellano y su dedicatoria a españoles y compañeros de profesión fueron muestra clara de una sencillez que sólo tienen los "números uno", una humildad propia de la gente que derrocha clase y elegancia a partes iguales y Penélope está sobrada de ambas cosas. Lo siento mucho por aquellos que durante años se empeñaron en hacernos ver lo contrario. Esta vez, simplemente, han perdido.

Pero no sólo Penélope Cruz (brillante mejor actriz secundaria por "Vicky Cristina Barcelona") triunfó en la gala de anoche. La madrugada española del 22 de febrero sirvió para encumbrar una vez más a "Slumdog Millionaire". El guiño bollywoodiense de Danny Boyle se hizo con ocho de las nueve estatuillas a las que aspiraba (mejor película, mejor director, mejor guión adaptado, mejor montaje, mejo fotografía, mejor banda sonora, mejor canción y mejor montaje de sonido).

La 81 edición de los premios Oscar también rindió homenaje a dos grandísimos actores. Kate Winslet hizo buenas las quinielas y no dejo escapar esta vez una estatuilla que había perdido ya en cinco ocasiones. Su soberbio trabajo en "El lector" no podía dejarla otra vez a las puertas del Oscar y le regaló el que posiblemente sea el momento más inolvidable de toda su carrera.

Quien no esperaba para nada oir su nombre de boca de Michael Douglas era Sean Penn. El protagonista de "Mi nombre es Harvey Milk" no ocultaba su rostro de sorpresa cuando se alzaba, contra todos los pronósticos, como el mejor de los actores. Cara de poker de un Mickey Rourke que se tenía que quedar sentado mientras el intérprete de Santa Mónica recogía su más que merecido premio. Supongo que interpretarse a sí mismo no tenía el mismo valor que lo que hacía Sean Penn en su película, señor Rourke...

Batacazo de "El curioso caso de Benjamin Button"con tres galardones menores de trece nominaciones (maquillaje, efectos especiales y dirección artística), merecido encumbramiento final de Heath Ledger por su joker de "El caballero oscuro", Oscar de consolación para "WALL-E" (mejor película de animación) y sorpresa en el premio para la película de habla no inglesa (la japonesa "Departures" se alzó con un galardón que muchos veíamos destinado a la francesa "La clase").

Una ceremonia diferente, conducida por un magistral Hugh Jackman, que repartió unos premios absolutamente acertados... ¡y qué pocas son las ocasiones en las que puedo decir algo como esto!

Místico
23/02/2009

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