"[REC]2": La calidad indiscutible de una "segunda parte"

Cierto es que el efecto sorpresa ya se ha perdido, que por mucho que en esta secuela de la excelente propuesta de Jaume Balagueró y Paco Plaza se haya intentado dar otro giro de tuerca, el miedo ya no es el mismo. El edificio lo conocemos bien y, aunque nos sigue asustando, ya no nos impresiona tanto como al principio. Esto es más que cierto, pero también lo es que el segundo capítulo de esta inquietante película (porque en "[REC]" tiene más sentido hablar de capítulos que de secuelas) es una más que digna continuación de aquella cinta que tanto nos impresionó en el aún cercano año 2007.

Y es que nuestra vuelta a aquel edificio ubicado en el número 34 de la Rambla de Cataluña se produce dos años después del estreno de la película madre, pero tan sólo dos horas más tarde en cuanto a la narración de la misma se refiere. Y así es como realmente lo llegamos a sentir. Sentimos que apenas unas horas antes acabamos de salir de tan dantesco edificio y que aún con la respiración entrecortada volvemos a adentrarnos en él. El sentimiento es idéntico y, en cierto modo, la angustia que sentimos al acceder a su interior resulta muy similar.

Ofrecer más de lo mismo no hubiese sido en absoluto acertado. La grandeza de "[REC]2" radica en que lo que aquí se nos ofrece es "algo más". Dando un nuevo enfoque a lo que se nos presentaba en la primera de las películas y a través de un punto de vista multicámara y una ruptura en la linealidad temporal (diferencia clara con la primera de las partes), "[REC]2" consigue darnos respuestas a muchos interrogantes que quedaron abiertos en la primera entrega, pero abre al mismo tiempo otros tantos que tampoco obtienen ahora una respuesta clara.

Uno de los principales atractivos de esta segunda parte radicaba en el personaje de Manuela Velasco, el cual muchos ya sabíamos que aparecería en esta secuela pero desconocíamos en qué condiciones lo haría. Muy a colación de esto y aunque sospecho que muchos estarán en desacuerdo con lo que voy a decir ahora (intentaré no destripar el final), la sorpresa que nos depara el desenlace del metraje, aunque no resulta para nada previsible, a mí en cierto modo me decepcionó. Me he preguntado a mí mismo cuales pueden ser los motivos de ese sentimiento y sólo he sido capaz de llegar a una repuesta: Y es que ya sea en el género de terror, en la ciencia ficción, en la comedia, en el drama o un musical, uno siempre ha sido un romántico incurable...

Místico
05/10/2009