Algunos ya lo esperábamos. La obra de Javier Fesser fue (con permiso de Benicio del Toro y Penélope Cruz) la gran estrella en la ceremonia de los Goya celebrada ayer en el Palacio de Congresos de Madrid. Una ceremonia que, si bien es cierto que fue mucho más rápida que otras que se recuerdan, nos dejó a todos con cierto sabor agridulce. Una vez más los guionistas de la ceremonia no supieron cumplir las expectativas ni aprovechar a una Carmen Machi que parecía nacida para presentar esta gala. Aburridos guiones, videos "incomprensibles" y cierta falta de ritmo que tan sólo supieron salvar Manuela Velasco en su presentación al premio a la mejor actriz secundaria y un Santi Millán que, de nuevo, nos demostró su gran maestría en esto del humor, incluso a José Corbacho, aún destacando entre sus compañeros, se le veía anoche a medio gas (y es que parecía que ya nadie recordaba la confusión del año pasado con Belén Rueda que hizo que su guiño al respecto fuera algo en cierto modo incomprensible). Una lástima todo el conjunto porque en lo que a premios y nivel de cine se refiere, deberíamos sentirnos muy pero que muy orgullosos.
"Camino", el polémico título de Javier Fesser, se alzó con seis de las siete candidaturas a las que esa noche optaba. Tan sólo se le escapó la de los efectos especiales, que fue a parar, como era de esperar, para la segunda entrega de las aventuras de Mortadelo y Filemón. Mejor peícula, mejor director, mejor guión original, mejor actriz (Carmen Elías), mejor actor de reparto (Jordi Dauder) y el cantadísimo (como ya adelatábamos en este blog) de mejor actriz revelación (Nerea Camacho) fueron los premios que se llevó esta brillante y emotiva obra a la que sólo le faltó el de mejor actor para hacer un pleno absoluto. Y le faltó en parte porque ese premio hacía mucho tiempo que ya estaba dado. El que entre las butacas del Palacio de Congresos se encontrara sentada una estrella del cine más hollywoodiense como era Benicio del Toro ya daba una idea de hacía donde apuntaba aquel premio. Lo mismo se podía decir del también más que cantado Goya a la actriz de reparto, que fue a parar (cómo no podía ser de otro modo) para una "más estrella que nunca" Penélope Cruz (¿tenía sentido impulsar su carrera hacia el Oscar si desde aquí no le dábamos el Goya?).
Destacable también los tres Goyas para "El truco del manco", que convertirían al rapero Jose Manuel Montilla ("El Langui") en uno de los grandes protagonistas de la noche, al subir a recoger tanto el premio al mejor actor revelación como el de mejor canción (habría que sumar para este título el que se llevaría Santiago A. Zannou como mejor director novel), así como los también tres galardones que se llevaría "Los Crímenes de Oxford" aunque, eso sí, todos en categorías inferiores (montaje, banda sonora y dirección de producción).
"Los girasoles ciegos" que partía con quince candidaturas y "Sólo quiero caminar" con once fueron los que se llevaron la peor parte. Un solo premio para cada una de ellas, repartidos en mejor guión adaptado para la primera y mejor fotografía para la obra de Agustín Díaz Yanes. Ahora, si hablamos de la gran "derrotada" (y mira que no me gusta nada utilizar este término), ésa fue sin duda "Sangre de mayo". La obra de Jose Luis Garci (como ya viene siendo habitual) fue duramente castigada y se fue de vacío de una ceremonia a la que hace ya años no acude su director.
Premios aparte, se echaron en fata algunas estrellas patrias (Javier Bardem, Pedro Almodóvar, Alejandro Amenábar, Antonio Banderas, Victoria Abril...) en una ceremonia en la que se tuvo bastante en cuenta la ausencia del más importante de los guionistas que ha dado nuestro cine, un Rafael Azcona que estuvo muy presente tanto en el discurso de Penélope Cruz como en las lágrimas de una emocionada Maribel Verdú, aunque sería el premio al mejor guión adaptado de "Los girasoles ciegos" el que se alzaría sin duda como el mejor homenaje que la Academia podía brindar a tan importante nombre.
Hubo momentos que sinceramente sobraron. ¿Alguien entendió el discurso soporífero de Benicio del Toro cuando subió a recoger su premio? ¿Alguien podría decirle a Verónica Echegui que cuando se está rindiendo homenaje a Jesús Franco no es el momento más adecuado para darle besos a su novio?... Muchas cosas que se podían haber cambiado (especialmente los guiones), pero una ceremonia que al menos nos valió para hacer justicia con una obra que se convertiría en justa triunfadora la noche del 1 de febrero. Y gracias a Dios, porque si se llega a repetir lo del año pasado...
Místico
02/02/2009
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