12 septiembre, 2009

"San Valentín sangriento": Lo más vacío y previsible del terror adolescente

El jueves pasado acudí al preestreno de "San Valentín sangriento": una de esas invitaciones que cuando a uno le llegan no sabe muy bien qué hacer con ellas. El título de por sí ya lo decía todo, de modo que tras meditarlo bastante y convencer a un amigo (qué difícil resulta convencer cuando los títulos son como éste) decidí darle una oportunidad a esta película en tres dimensiones que cumplió con creces las expectativas que tenía depositadas en ella. Y es que lo único realmente reseñable fue su visionado en 3D, efecto que en películas como ésta cobra todo su sentido, porque si hablamos de lo demás...

Previsible hasta el extremo, "San Valentín sangriento" cae, una y otra vez, en todos los tópicos del terror teen, en un terror que si bien en los años ochenta y noventa pudo tener algún sentido, en la época en las que nos encontramos ya no tiene ninguno. Y es que uno ya está cansado de ver a la rubia de turno correr delante del malo (también de turno), tropezando no se sabe muy bien con qué y cayendo al suelo en un desesperado intento por salvar su vida.

Una cinta tremendamente explícita que se vale de los golpes de efecto (con apoyo de la música y del sonido) para provocar algún que otro salto de butaca en momentos por otra parte tremendamente previsibles. Todo ello, claro está, en detrimento de un guión carente del más mínimo sentido y tremendamente vacío, tanto por parte de los personajes como por toda la historia en sí. Y es que "San Valetín sangriento" recuerda en cierto modo a las películas "X", en las cuales la historia, la trama y los diálogos son un mero conductor para llegar a las secuencias realmente interesantes. Vamos, que quedarse con algo reseñable de este remake es muy pero que muy difícil, quizá un par de secuencias algo más trabajadas (que consiguen transmitir cierto nivel de tensión), pero sobre todo unos efectos en tres dimensiones que son sin duda alguna el punto más fuerte de toda la película.

Y después de esto mi amigo me sigue hablando... Eso es amistad.

Místico
12/09/2009

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