26 noviembre, 2008

"Quarantine": El remake de "[REC]" triunfa en la cartelera americana

"[REC]", el título más terrorífico hasta la fecha de Jaume Balagueró y Paco Plaza, no ha tardado en tener su versión americana. Y es que el mercado anglosajón, lamentablemente, parece haberse quedado sin ideas. Primero fueron las cintas de terror orientales las que salvaron al mismo cuando, allá por el año 2002, "The Ring" (la versión norteamericana de la película nipona del mismo título estrenada en Japón cinco años antes) dio el pistoletazo de salida a un sinfín de títulos que tendrían como denominador común el haberse "inspirado" en historias provenientes del Imperio del Sol Naciente. Ahora parece que le llega el turno a los títulos españoles. Los derechos de "El Orfanato" o "Los Cronocrímenes", por ejemplo, ya fueron vendidos al mercado americano y, como no podía ser de otro modo, también los de "[REC]".

Apenas un año después del estreno en las salas españolas de la cinta protagonizada por Manuela Velasco, "Quarantine" ya ha visto la luz en las pantallas americanas. Una buena idea, una buena dirección y un "guión" (o "no guión", según se mire) absolutamente destacables, convirtieron a la cinta española en un éxito absoluto de taquilla, sólo superado en España ese año por "El Orfanato" (en ese aspecto absolutamente intratable).

Reconozco que "[REC]" me sorprendió. Con unos recursos mínimos, una simple localización y una idea bastante sencilla, Jaume Balagueró y Paco Plaza construyeron una historia de terror que me hizo rozar el pánico durante mi primer visionado en una sala de cine (le seguirían unos cuantos en DVD). Tomando el testigo de aquel intento fallido (no así su campaña de marketing) llamado "El proyecto de la bruja de Blair", los dos cineastas convencieron esta vez que era posible rodar al completo una película con una planificación subjetiva y lograr un tremendo realismo sin caer en el cansancio visual o la falta de conexión argumental. El caso de "[REC]" era aún más complejo si cabe, porque esto se debía hacer sin perder en ningún momento la lógica de por qué la cámara seguía grabando, más difícil aún teniendo en cuenta lo extremo de la situación planteada en este título.

Ahora llega "Quarantine". A nosotros poco más nos aportará. Quizá lo único positivo sea que valga para que esta historia llegue también al público norteamericano que, como sabemos bien, apenas consumen cine europeo. No debemos olvidar, no obstante, que para ello debería alcanzar el grado de angustia y terror que alcanzó su madre y, si soy sincero, es algo que hoy mismo pongo bastante en duda.

Místico
26/11/2008

25 noviembre, 2008

"Ángeles y Demonios": La precuela de "El Código da Vinci" ya está en marcha

Si ha existido una adaptación cinematográfica que ha suscitado la polémica en los últimos años (y no digamos el libro en el que se basa), ésa ha sido sin duda la de "El Código da Vinci". Ríos de tinta en forma de crueles críticas cayeron sobre un título que se hizo esperar mucho tiempo y cuando lo hicieron no sólo sirvieron para incrementar aún más la fama del film, sino también la de la obra más impactante creada hasta la fecha por Dan Brown. Aunque muchos escucharon este nombre por primera vez cuando el mismo se asoció a la mayor polémica con la que se ha encontrado la Iglesia en los últimos años, pocos sabían por aquel entonces que Brown no era para nada un novato en esto de la escritura. El novelista ya sabía bastante bien lo que era publicar en un pasado otros títulos que no tuvieron, sin embargo, el respaldo de su obra más significativa, unos títulos que el autor aprovecharía para relanzar tras el éxito de su best-seller ante el convencimiento de muchos de sus lectores de que leían obras absolutamente inéditas. Entre ellos se encontraba la precuela de "El Código da Vinci": "Ángeles y Demonios".

La novela, escrita tres años antes que su continuación, puede no tener tanto interés "histórico" como ésta, pero cuenta a su favor con un mayor poder narrativo. Robert Langdon vuelve a ser el personaje principal de una historia en la que cambian algunas cosas, como el escenario en el que se desarrolla la acción (esta vez la Ciudad del Vaticano) o el personaje femenino protagonista. Se mantiene, eso sí, el interés de Brown por acabar con los pilares básicos sobre los que se sostiene la Iglesia.

Leí este libro hace ya algunos años y he de reconocer que lo recreé en todo momento como si de una película se tratase. La novela en sí posee un ritmo totalmente cinematográfico, más próximo al género policiaco, por lo que no ha sido de extrañar que la adaptación no se haya hecho esperar. Repiten Ron Howard tras la cámara y Tom Hanks en el papel de Langdon y encontramos caras "nuevas", como Ayelet Zurer o Ewan McGregor.

Habrá que esperar al 2009 porque esta adaptación tampoco estará exenta de polémica. Eso seguro.

Místico
25/11/2008

22 noviembre, 2008

"El niño con el pijama de rayas" Vs. "La vida es bella"

Las comparaciones han sido inevitables. Estas dos producciones europeas están separadas por diez años de evolución (o involución, según se mire) cinematográfica, pero sus paralelismos son tan claros que es lógico pensar en una cuando se ha visto la otra. Quizá sea porque ambas han tratado la misma temática, y además lo han hecho desde un punto de vista diferente: el de los ojos inocentes de un niño que no puede entender ni asimilar aún la barbarie propia del capítulo más grotesco de nuestra historia más reciente. Ambos títulos nos intentan demostrar algo, nos dan un toque de esperanza pese al trágico final que poseen las mismas: que aún es posible el crecimiento de una flor en el terreno más árido inimaginable.

Personalmente, me quedo con "La vida es bella", pero no menosprecio en absoluto la adaptación de la novela de John Boyne. Mi elección se debe a otros criterios más puramente cinematográficos. Creo que ambas películas merecen toda nuestra atención y respeto porque, a fin de cuentas, las dos nos intentan recordar lo mismo: que existen pasados que jamás deberían ser olvidados.

Místico
21/11/2008

19 noviembre, 2008

"Ágora": El Rey Midas del cine español se la juega

Si ha existido una figura en el mundo del cine a la que he admirado durante años, ésa ha sido sin duda Alejandro Amenábar. Lo descubrí con "Abre los ojos", película que me fascinó tanto que no tardé en bajar a un viedo-club en busca de "Tesis". Con "Los Otros" se consolidó para mí como el modelo a seguir (por aquellos tiempos yo aún hacía cortometrajes) y con "Mar adentro" no sólo me demostró su polivalencia en diferentes géneros, sino que también dejó clara la alta capacidad que tenía para emocionar.

Lágrimas aparte lo que es cierto es que en la carrera de este director no ha existido un resbalón, tanto ha sido así que la Academia no sólo le consideró su niño mimado durante unos cuantos años, sino que además le ha hecho batir en la ceremonia de los Goya todos los records imaginables. Siete son los premios que decoran su casa (tres como director, otros tres como guionista e incluso uno como compositor); sus cuatro películas han recaudado un total de treinta Goyas; tres de estos cuatro títulos se hicieron con el premio a la mejor película en su año, siendo la restante ("Abre los ojos") nominada en diez categorías. "Mar adentro" ostenta el record de trofeos para un mismo título con catorce. A esto sumemos multitud de premios en festivales tan prestigiosos como el de Venecia y, cómo no, el Oscar de Hollywood. Está claro que poco más se puede pedir a un joven de 36 años, ¿verdad?

La pregunta que me surge ante todo esto y en vísperas de que su nuevo título está a punto de ver la luz es: ¿No se ha puesto él solo el listón demasiado alto? Se espera tanto de un título que se ha hecho rogar cinco años que resulta casi imposible no acabar decepcionando. Esta vez vuelve a rodar en inglés, fuera de su país y con una estrella americana (Rachel Weisz) como protagonista. Las similitudes con el rodaje de "Los Otros" son muchas, más teniendo en cuenta que, como en la cinta de Nicole Kidman, la historia también se desarrolla en un tiempo pasado (el Egipto del siglo IV), pero esta vez, claro está, ya nadie se sorprende...

Reconozco que me gusta más el Amenábar del género fantástico, el que nos sorprendía al final del metraje con un inesperado giro final, como tan sólo en un par de títulos fue capaz de igualar M. Night Shyamalan. Me quedo sin duda con ese Alejandro, aunque entiendo que sus ansias e inconformismo le hagan experimentar con diversos géneros.

Lo que está claro es que esta vez Amenábar se la juega. Un listón altísimo que resulta casi imposible superar, un proyecto ambicioso como pocos, una larguísima espera y pocos meses (espero) para ver el resultado final. Creo que "Ágora" es su definitiva prueba de fuego: o nos sorprende una vez más, consolidándose ya definitivamente como uno de los mejores (si no el mejor) cineasta que ha dado nuestro cine o nos hace replantearnos a todos que quizá encumbramos demasiado rápido y demasiado alto a un joven talentoso que, a fin de cuentas, hacía poco tiempo acababa de salir de la facultad.

Místico
19/11/2008